Autor:

Bairon Jaramillo Valencia[1]

Afiliación

[1]bairon.jaramillova@amigo.edu.co

Este artículo demuestra la importancia que tiene el desarrollo de la dimensión socio-afectiva y como esta podría trascender en la vida del niño; se determinan, además, una serie de conceptos relacionados con el tema de la dimensión socio-afectiva y cómo esta es afectada ante un proceso de separación en los núcleos familiares. Por otra parte, este estudio se acole al paradigma cualitativo y se orienta bajo el tipo de investigación etnográfica; a su vez, se presentan una serie de resultados, producto de las técnicas de recogida de información (observación no participante, entrevista no estructurada y talleres). La investigación de la cual se deriva la escritura de este texto, tuvo como nombre "Influencia del divorcio de los padres en el desarrollo de la dimensión socio afectivo de niños y niñas de 8 a 10 años de edad", en la que participo la Institución Educativa Rural Santa Elena, del corregimiento Santa Elena de Medellín, Antioquia y la Universidad Católica Luis Amigó; Medellín, Antioquia. Entre los hallazgos más importantes, se tiene la afectación directa que tiene el proceso de divorcio de los padres en el desarrollo de la dimensión socio-afectiva de los niños, y sus respectivas implicaciones psicológicas, sociales y emocionales.

Palabras calve:Divorcio; desarrollo; dimensión socio-afectiva; infancia; familia.

Keywords: Divorce; development; socio-affective dimension; childhood; family.

Palavras chave: Divórcio; desenvolvimento; dimensão socioafetiva; infância; família.

La dimensión socioafectiva juega un papel crucial en la vida del ser humano como tal, es por ello que al verse afectado, trae consigo fuertes cambios en el desarrollo normal de la persona desde cualquier perspectiva; por lo cual, se hace necesario que a la hora de asimilar cualquier proceso fuerte —como lo es, en este caso el proceso legal de divorcio de los padres— es pertinente acudir a ayudas externas para que sea más llevadero para la o las personas implicadas, y más si entre estas se encuentran niños. Teniendo en cuenta que la familia es, sin duda alguna, donde el individuo construye las bases como ser sociable, pero ante un evento que implica un cambio tan drástico, termina repercutiendo en los hijos, cuyos padres están divorciados o se encuentran en dicho proceso.

Este artículo, hace referencia a la relación que tiene el divorcio con el desarrollo de la dimensión socioafectiva, y cómo estas dos categorías se vinculan directamente ante un proceso legal en la ruptura familiar, trayendo consigo un sinnúmero de cambios en la vida de las personas que sufren el proceso.

Para iniciar se hace necesario dar definición a varias concepciones que serán recurrentes a través de este texto; asimismo, se comenzará a definir el término dimensión socioafectiva, y lo que este conlleva en la vida del niño, con el fin de comprender y dar sentido al desarrollo emocional y personal.

Es necesaria la claridad acerca de una serie de concepciones que tienen que ver con la médula de este escrito; en este sentido, se comienza a definir lo que se entiende por el desarrollo de la 'dimensión socioafectiva', ya que, de esta manera, se podrá entender con extensión lo que comprende dicho concepto.

Cuando se habla del aspecto de dimensión socioafectivo, se hace referencia a todos aquellos procesos o cambios graduales que ocurren en la personalidad, en las emociones y en el área social de cada individuo. Consecuentemente, para Martínez et al. (2014) "la formación de la dimensión socioafectivo es importante desde que nace el niño, puesto que es la base del comportamiento emocional en la vida escolar, en el ámbito familiar y cualquier contexto que lo rodea." (p. 400). La dimensión socioafectiva no se puede entender desligada de lo social, por eso ha sido denominada "Socioafectiva", para hacer énfasis en el hecho de que la interacción social determina la vida psíquica del niño, teniendo en cuenta que en el desarrollo de la dimensión socioafectiva, las variables mejor victoriosas son: la comunicación familiar, la ayuda prestada a los hijos en su desarrollo emocional y las expectativas esperadas de los hijos.

Por otro lado, Gómez (2011) menciona que "la dimensión socioafectiva es uno de los más fuertes elementos que fungen en la construcción de la intersubjetividad y como elemento adhesivo de la memoria colectiva" (p. 269). Sabemos que el niño juega un papel fundamental en la formación de su autonomía para consolidar la relación que establece con sus pares, padres, hermanos, docentes, niños y adultos; y así, crear su manera personal de vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos referentes al mundo que lo rodea:

Para un mejor desarrollo de la Dimensión Socioafectiva es esencial iniciar con el conocimiento de sí mismos en los niños y niñas, ya que de allí se desprende la aptitud de interactuar con los demás. La vida en sociedad lleva al niño a participar en una colectividad próxima en la que reconoce su cuerpo y de otras personas por medio del juego, los intercambios en las conversaciones, la comunicación no verbal y de la convivencia. (Gutiérrez, 2017, p. 70)

Cabe mencionar que se pueden destacar tres aspectos claves para la dimensión socioafectiva de los niños y niñas, como lo son la figura de apego, la escuela y el ambiente. Es necesario contar indispensablemente con la familia como la primera entidad formadora de conductas comportamentales, ya que esta dimensión posibilita en el niño la participación de muchas individualidades con las expresiones propias de su desarrollo personal en diferentes ámbitos. Por otro lado, en procesos formativos de la escuela se requieren de bases, las cuales solo se podrán construir a partir de los primeros vínculos de aceptación y cumplimiento de la norma con una significancia hacia sí mismo y hacia los demás.

De este modo para Díaz (2003) la dimensión socioafectiva está relacionada íntimamente con las dimensiones corporal y cognitiva. Sin embargo, para el trabajo en la escuela, es necesario resaltar que la implicación de la familia en este proceso es importante, teniendo en cuenta que el contexto social también es responsable de la adecuada formación en la autoestima, la autonomía y en la relación respetuosa hacia los demás; que, en últimas, es el ideal del desarrollo de esta dimensión.

Pensar en los niños y en su educación es pensar a la vez en el adulto y en la sociedad en general, en un espacio que propicie bienestar y la posibilidad de realización de desarrollo humano. Por ello, es preciso enseñar a los niños desde el inicio de sus vidas a vivir plenamente en un ambiente de amor, confianza, respeto, socialización y en un clima de paz, para que en ningún momento; y por ningún motivo, se vea implicado su desarrollo normal de habilidades sociales.

En efecto, con lo planteado sobre el desarrollo de la dimensión socioafectiva, cabe ampliar el concepto de la vida del niño, por este motivo Corral, Brull, y Villodre (2016) declaran que "consideran al niño como un ser activo que realiza sus aprendizajes a través de los sentidos, de la manipulación y, en grandes rasgos, de formación social" (p. 117). Del mismo modo, Galarraga (2015) "redefine la vida del niño; y en consecuencia, el cuerpo individual como lugar de apropiación que supone un control de componente biológico, bajo una construcción de poder que lo ubica como nuda vida" (p. 9). Si bien, es claro en este escrito que tanto la familia, como la escuela y la sociedad, juegan un papel fundamental en el desarrollo de la dimensión socioafectiva en los niños y niñas, también es importante precisar que es el propio niño el que fortalece su desarrollo socioafectivo, a través de su actitud frente a su autonomía y personalidad para desenvolverse en el medio que le rodea.

En este sentido, se dará cierre a este apartado diciendo que la casa (la familia doméstica) constituye el centro de la vida del niño. Esta situación ha existido en todos los tiempos, y más en el pasado que en la actualidad, en que la familia tiende a aflojar sus lazos. "Pero con todo, aún constituye el factor decisivo en el desarrollo de la vida del niño" (Jerez, 2017, p. 12). Es por esto que, como se mencionó anteriormente, la dimensión socioafectiva no se puede entender desligada de lo social; además, porque se está hablando de la forma en cómo el niño se comunicará y expresará por el resto de su vida con sus pares. La escuela y la familia, son un pilar fundamental que repercute en la vida del infante:

Se convierten, entonces, en los dos contextos más influyentes de cara a la formación de la personalidad infantil; los padres, los docentes y el grupo de los iguales, van a jugar un papel crucial en el proceso de socialización durante estos años. (Barzola et al.,2017, p. 45)

El desarrollo de la dimensión socioafectiva se convierte en el pilar más importante para el desarrollo normal del niño, puesto que es a partir de este que se podrá potenciar el resto de competencias que forman la vida de una persona, es por eso que la familia es el primer ente para afianzar dicho desarrollo.

Esta investigación responde a un paradigma cualitativo, de ahí como dicen Taylor y Bogdan (1986) en Introducción a los métodos cualitativos de investigación: "La frase metodología cualitativa se refiere en su más amplio sentido a la investigación que produce datos de corte descriptivos: (las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable)" (p. 14). Con una estrategia metodológica desde la etnografía, es un estudio centrado en los significados de las acciones humanas y de la vida social. La investigación se inclina en esta estrategia por su sentido amplio, desde la misma, se pueden concebirse estudios socioculturales, aquellos que reconocen a la cultura como dimensión constituyente del orden social. La perspectiva culturalista se sostiene en una visión interpretativa cuyo interés metodológico estriba en develar estas realidades percibidas por los actores involucrados en la acción.

La Población fue tomada de niños y niñas entre los 8 y 10 años de edad, pertenecientes a los grados tercero y cuarto de primaria. Para una muestra de 16 niños y niñas que cursan los grados tercero y cuarto de primaria, cuyos estratos socioeconómicos oscilan entre los 1, 2 y 3, con características de padres divorciados; además, participaron 2 docentes de la institución educativa; y 16 padres de los niños escogidos; para un total de 34 participantes.

Las técnicas que se presentan a continuación fueron las técnicas utilizadas durante la investigación: Taller (aplicado a padres, durante una escuela de padres, realizado en la Institución Educativa Rural Santa Elena); la Observación No Participante (se dispone así, por razón de no incidir en los comportamientos de los participantes); y la Entrevista No Estructurada aplicada a los niños y niñas, más 2 docentes en ejercicio de grado tercero y cuarto en la Institución Educativa (se dispone Entrevista No Estructurada buscando la naturalidad de las respuestas).

El proceso de análisis y triangulación de la información recolectada durante la aplicación de las técnicas fue el siguiente: Diarios de Campo para la información recolectada de las Entrevistas No Estructuradas aplicada a los niños y docentes, un formato con unos parámetros anteriormente establecidos para la Observación No Participante y Cuestionarios para el Taller con los padres. Luego de ello, la información se sistematizó a través de una matriz categorial donde se tomó en cuenta la información más relevante de cada una de las categorías trabajadas (divorcio y dimensión socioafectiva).

En este apartado se exponen, única y exclusivamente, los resultados obtenidos en la investigación, los datos arrojados son producto de las aplicaciones de técnicas cualitativas, realizadas a niños y niñas con características de padres divorciados; a los padres y docentes de los mismos.

Se comienza, entonces, dando explicación sobre la aplicación de la Entrevista No Estructurada, y con el Taller ejecutado con los padres de los niños entrevistados; donde se seleccionaron las categorías que atañen al desarrollo de la dimensión socioafectiva en función a diferentes aspectos del divorcio de los padres. En este sentido, un padre que pasó por el proceso de divorcio manifiesta lo siguiente, ante la pregunta ¿Conoce usted lo que sintió o siente su hijo respecto al divorcio?: "Camila al principio si era muy grosera, rebelde y desobediente... Se le metió que ya no quería ir a la escuela y que se quería ir a vivir con la mamá. pero yo le decía que se acostumbrara a que ella ya no estaba." (padre de familia entrevistado 3, comunicación personal, 23 de marzo, 2018). Se puede evidenciar que para esta niña el proceso de divorcio de sus padres afectó emocionalmente su vida, al punto de no querer ir a la escuela por temor al rechazo por parte de sus compañeros.

En consonancia con lo anterior, en un estudio realizado sobre el impacto de la separación de los padres en sus hijos, ejecutado en el Jardín Infantil Cafam, del municipio de Cajicá, Cundinamarca; y en el cual, la Corporación Universitaria Minuto de Dios fue partícipe, se encontró lo siguiente, como un síntoma tendencial sobre los estados que experimentan los niños, luego de una separación entre papá y mamá: "Tristeza: Es la relación emocional principal de los niños ante la separación de los padres y la consiguiente división familiar, el niño puede manifestar su tristeza de manera diversa como el enfado, conductas agresivas" (Cifuentes, 2009, p.21).

De acuerdo con las categorías inicialmente planteadas (Desarrollo de la dimensión socio-afectiva y divorcio de los padres), el estudio anteriormente presentado demuestra similitudes en sus resultados; por lo tanto, esto quiere decir que, según las unidades de análisis, el vacío de la separación de los padres afecta al niño en su crecimiento y desarrollo en los diferentes ámbitos de la vida, y con ello resultan manifestaciones o sentimientos de irritabilidad, ansiedad y aislamiento; asimismo, algunos presentan sentimientos de culpa, expresando todo por medio de llanto, agresividad, inestabilidad; y en ocasiones, una profunda timidez, lo que dificulta que se dé una adecuada socialización.

La relevancia de fortalecer la dimensión socioafectiva en los niños y niñas, es conceptualizar a los niños como seres afectivos, que están involucrados con la exploración y socialización de sus capacidades, y lo que pueden lograr teniendo un comportamiento adecuado. Entendiendo que la niñez es una etapa significante de aprendizajes, donde el medio debe propiciar amplias oportunidades que promueva la adquisición de comportamientos, y valores relacionados con la vida futura de los infantes, obteniendo así mejores resultados como personas.

Por otra parte, a partir de las entrevistas se encontró lo que expresó una niña del grado tercero. Cabe resaltar que el testimonio que a continuación se trae a colación, es de una niña que —tras el proceso de divorcio— recibió ayuda psicológica:

Sí, yo al principio estaba enojada con mi mamá más que todo, porque no queríamos que se fuera y nos dejara, y cuando se fue a ella no la queríamos ver porque nos dejó a nosotros y a mi papá, pero ya es normal. (Estudiante entrevistada 4, comunicación personal, 21 de marzo, 2018)

En consecuencia, sobre la importancia del desarrollo de la dimensión socioafectiva, se puede decir que, si no se lleva un buen proceso de divorcio entre ambos padres, esta dimensión se verá afectada completamente en los niños implicados en dicho proceso, siempre y cuando no se dé un acompañamiento psicológico. En este sentido, será una forma más tranquila para que el niño pueda entender lo que está sucediendo, y así asimilar con naturalidad el transe por el que atraviesa, teniendo en cuenta que este suceso genera una desestructuración en su núcleo familiar, lo cual implicará muchos cambios en su vida emocional principalmente; y con ello, en su desarrollo de habilidades sociales. Análogamente, una investigación llevada a cabo durante el año 2009 en la Universidad de Estelí de Nicaragua, la cual buscó explorar la influencia de las dimensiones afectivas de la docencia en el logro de aprendizajes significativos en estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, presentó entre sus resultados lo siguiente:

La enseñanza afectiva toma en cuenta las actitudes de los estudiantes, así como sus sentimientos y creencias, lo cual los motiva a incorporar durante el aprendizaje, sus intereses y experiencias personales. Por contraposición, la enseñanza que se orienta hacia los procesos cognitivos, se centra más bien en proporcionar información y explicar conceptos y no incorpora, al menos de forma intencional, la dimensión subjetiva del aprendizaje. (Cabrero, 2009, p. 4)

En esta se considera la medida en que se logre establecer ese vínculo de cercanía entre docentes y estudiantes, y viceversa; donde los escolares construirán mecanismos de afrontamiento emocional y resiliencia. Por tanto, la importancia de conocer las actitudes de los niños, en cuanto a los sentimientos y emociones que expresa desde sus vivencias, teniendo presente que la dimensión socioafectiva juega un papel fundamental en la vida del ser humano; y, por ende, no puede estar desligada de las relaciones con los pares.

En la investigación base para la escritura de este artículo, por medio de una observación no participante, se encontró que la mayoría de los niños con estas características ya antes mencionadas en el transcurso de este escrito, son niños con muy buen rendimiento académico, pero que les cuesta relacionarse con las personas de su entorno escolar. Así pues, se observa nuevamente cómo la separación de los padres afecta a los niños, produciéndoles ansiedad ante los cambios, angustia de perder la relación y comunicación afectiva con ambos padres, e incluso con el resto de personas que los rodean.

Debido a lo anterior, es trascendental mantener las relaciones con ambas figuras parentales, como un factor de estabilización emocional, por lo que se hace necesario que los excónyuges, sean capaces de cooperar en las prácticas de crianza con los hijos; para de este modo, ser un apoyo en el proceso de separación legal, sin convertirse en una pesadilla mayor para el niño.

Cuando se le disminuye la atención y la calidad del trato diario a los hijos, por factores como la separación, se ve reflejada en múltiples facetas; una de estas, la educativa-escolar.

Este hecho va a determinar que las prioridades de los padres se modifiquen, disminuyendo tanto su capacidad de atención y evaluación reflexiva de las situaciones educativas, como las posibilidades de un ejercicio parental ajustado a las necesidades derivadas del desarrollo de sus hijo/as. (Torres, 2014, p. 274)

Con base a los resultados de este estudio, la categoría "Desarrollo de la dimensión socioafectiva" señala que el estadio evolutivo emocional del niño, determina su capacidad para generar significados coherentes y constructivos; del mismo modo, para dar sentido a los eventos emocionales, lo cual va a tener unas implicaciones profundas en su bienestar emocional. Muchas veces, el estrés que cargan los padres durante el proceso de separación —y que en ocasiones es llevado en malos términos por uno de los dos— hace que se olvide, o se descuide el momento de crisis por el que los niños suelen pasar; y consecuentemente, dejan de lado muchos asuntos en donde los niños no saben qué postura asumir; es allí donde estos experimentan una confusión emocional, puesto que muchas veces no saben ni siquiera por qué se está dando el divorcio.

Ante la pregunta: ¿cómo te sientes frente a los cambios que hubo durante la separación de tus padres? Realizada en la entrevista con los niños, una de ellos expresó lo siguiente:

Yo ya soy muy tranquila con la separación de mis papás y mis hermanitos están muy rebeldes, pero eso no es porque están separados. Nosotros nunca cambiamos de casa, y mis papás nunca dejaron de darnos todo, pero es mejor así porque salimos más y pasamos más tiempo juntos y ya mamá no llora por papá. (Estudiante entrevistada 12, comunicación personal, 21 de marzo, 2018)

La familia es considerada el grupo primario básico, en el cual se da el desarrollo personal de los individuos que la conforma, y el grado más íntimo y estrecho de las relaciones entre sus miembros (padres e hijos), en esta se aprende los valores fundamentales para vivir en la sociedad. Es por ello que una de las mayores y más dolorosas crisis por las que atraviesan las personas —especialmente los niños durante la separación de los padres— genera en muchas ocasiones, inestabilidad como ya se ha mencionado anteriormente, y cambio en sentimientos y comportamientos, afectando los diferentes ámbitos en los cuales se desenvuelven.

Conectando con lo anterior, se hace necesario el fortalecimiento de la escuela, como institución para dar a acompañamiento al niño durante los distintos momentos que trae el tema de la separación entre padres. Así pues, en una investigación realizada en Bogotá, durante el año 2014, denominada Desarrollo socioafectivo, en el ámbito escolar, a través de los desafíos físicos cooperativos en niños de quinto grado, de básica primaria, del colegio MarcoTtulio Fernández, sede C, se encontró que las actividades en clase con carácter emocional e interpersonal, permiten: "una mejor comunicación con los compañeros, mejoramiento dela autoestima, tolerancia, respeto, aprendizaje cooperativo, entre otras" (Muñoz, 2014, p. 45).

Uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de la dimensión socioafectiva es el acompañamiento que se le da al niño, en la familia la escuela y la sociedad como tal.

En este orden de ideas, en nuestro país, se han venido haciendo esfuerzos importantes para trabajar con el grupo familiar desde lo educativo y lo social, dado que la instituión familia, es la encargada de formar a los niños y niñas en los procesos de socialización primaria y es la matriz de todos los aprendizajes, cognitivos, afectivos y sociales. (Ramírez et al., 2015, p. 107)

Si bien es claro que la familia es el primer ente que prepara al niño para un buen desarrollo de la misma, también la escuela y la sociedad tienen una gran responsabilidad, puesto que es a partir de habilidades sociales, y la relación que tiene el niño con pares para dar a expresar sentimientos y emociones, que este se prepara para formarse en valores, y así entender las diferencias que existen entre un individuo y otro; por consiguiente, adquiere la capacidad de relacionarse y resolver problemáticas a lo largo de su vida.

En este orden de ideas, cuando se habla del aspecto socioafectivo, se hace referencia a todos aquellos procesos, o cambios graduales, que ocurren en la personalidad, en las emociones, y en el área social de cada individuo. El ser humano es, ante todo, un ser social, que se desenvuelve en un mundo en el cual cohabita con otros, los cuales, a su vez, generan espacios en los que el niño puede expresarse, comunicarse, sentir, pensar y hacer.

Por tales motivos, se considera de gran importancia la formación y la educación que recibe el niño durante sus primeros años de vida por parte de todos los adultos, sus compañeros y su contexto, ya que estos son el inicio para el desarrollo de cada uno de los diferentes aspectos de su vida.

El divorcio impacta en la infancia, pero cuando se da un acompañamiento responsable, es un trance que el niño supera con el tiempo sin impedir su desarrollo socioafectivo, permitiéndole establecer habilidades sociales como los demás niños, ya que la separación no solo afecta su mundo en el hogar, muchas veces representa cambios de vivienda, de amigos, de escuelas y compañeros, lo que hace más difícil la asimilación del proceso.

El desarrollo de la dimensión socioafectiva de los participantes de esta investigación, en su mayoría, se ve afectada gracias a los procesos de divorcio mal llevados por parte de los padres, lo cual implica que esta podría ser la principal causa por la que los niños sufren grandes cambios emocionales, al no recibir ayuda externa, para afrontar con mayor facilidad la situación.

Los padres de familia evidencian el no trato sobre el tema del divorcio con sus hijos, lo cual crea en ellos incertidumbres, inseguridad, desconfianza, temores y sentimientos de culpa, dado que los hace a pensar que son el motivo por el cual se llevó a cabo la separación. Por ende, se les dificulta expresar sus sentimientos y emociones ante las demás personas de su entorno.

Se puede notar, que los padres de familia niegan a sus hijos la posibilidad de hacer parte del proceso de una manera tranquila y llevadera, y en ocasiones ponen al niño en una situación de estrés, donde este no sabe qué postura tomar frente a la figura con la que no convivirá. Por esto, el tema del divorcio debe ser un proceso llevado en buenos términos, para no poner al niño en una situación de angustia, teniendo en cuenta que para él ya implica una carga emocional muy grande, y que quizá no sabrá manejar.